Nuestro país está viviendo el secuestro de tierras para la producción industrial de agrocombustibles y soja transgénica para forraje. Esto se agrava cuando se amplía la frontera agropecuaria y se observan los desmontes, las inundaciones, el desarraigo de los pobladores y los intoxicados por agrotóxicos.
Las transnacionales se instalan masivamente en los países del Sur ocupando millones de hectáreas de tierras con el fin de garantizarse el control de la producción agrícola a escala industrial para agrocombustibles y la producción de forrajes destinados al mercado internacional. Con este modelo los ciudadanos pierden el control sobre la distribución y el manejo del agua y se alejan del acceso, tenencia, control y manejo de la tierra.
Nos preocupa que nuestra provincia renuncie a tener un modelo de desarrollo autónomo y de ahora en más deba depender, como nunca de las decisiones de otros países, de corporaciones o del Mercado
La intención de firmar un acuerdo con China involucra la inversión extranjera en infraestructura de riego de 200.000 hectáreas, decisión que implica la apropiación de territorio por parte de una nación, China, cuya política exterior denota que su necesidad de territorio no termina en 200.000 hectáreas.
Esta política que decide el perfil productivo en nuestro suelo está supeditada a las necesidades del país que realiza la inversión en infraestructura. No se vislumbra una vía alternativa frente a la extranjerización de las cadenas productivas.
Es decir que, si necesita soja se hará soja. Nuestra soberanía alimentaria no está contemplada en los proyectos de políticas públicas.
No sólo el Mercado decide qué es lo que produciremos, sino que decide China, actor poderoso y en expansión.
Si se realiza el viaje del Gobernador y se firma el acuerdo, este gobierno provincial nos dejaría un legado: uso del territorio por China y gobierno del territorio por Monsanto.
Esta situación deriva de una falta de análisis del escenario internacional o de un desinterés por las consecuencias de la toma de decisiones.
Y como si esto fuera poco
La soja sembrada en el país ocupa 17 millones de hectáreas de diez provincias y es comercializada por la empresa Monsanto, que vende las semillas y el agrotóxico Roundup.
No hay manera de aplicar millones de litros de venenos y pretender que se lo puede hacer bien, expresan los vecinos en el litoral.
El Sr Ministro de la Producción de Río Negro nos preguntó porqué no decíamos nada acerca de los agroquímicos que se emplean en el Valle, aseverando que son mucho más tóxicos que el Glifosato. Estamos esperando que el gobierno de Río Negro tome cartas en el asunto ante tan grave denuncia y recordamos que todavía no se han invertido los roles, las denuncias las realizamos desde las organizaciones hacia el Estado y no al revés.
Con todo esto deseamos un futuro construido con saberes que aseguren el “buen vivir” de nuestra gente.
Asociación Ecologista Piuke-Red Nacional de Acción Ecologista- Renace
Las transnacionales se instalan masivamente en los países del Sur ocupando millones de hectáreas de tierras con el fin de garantizarse el control de la producción agrícola a escala industrial para agrocombustibles y la producción de forrajes destinados al mercado internacional. Con este modelo los ciudadanos pierden el control sobre la distribución y el manejo del agua y se alejan del acceso, tenencia, control y manejo de la tierra.
Nos preocupa que nuestra provincia renuncie a tener un modelo de desarrollo autónomo y de ahora en más deba depender, como nunca de las decisiones de otros países, de corporaciones o del Mercado
La intención de firmar un acuerdo con China involucra la inversión extranjera en infraestructura de riego de 200.000 hectáreas, decisión que implica la apropiación de territorio por parte de una nación, China, cuya política exterior denota que su necesidad de territorio no termina en 200.000 hectáreas.
Esta política que decide el perfil productivo en nuestro suelo está supeditada a las necesidades del país que realiza la inversión en infraestructura. No se vislumbra una vía alternativa frente a la extranjerización de las cadenas productivas.
Es decir que, si necesita soja se hará soja. Nuestra soberanía alimentaria no está contemplada en los proyectos de políticas públicas.
No sólo el Mercado decide qué es lo que produciremos, sino que decide China, actor poderoso y en expansión.
Si se realiza el viaje del Gobernador y se firma el acuerdo, este gobierno provincial nos dejaría un legado: uso del territorio por China y gobierno del territorio por Monsanto.
Esta situación deriva de una falta de análisis del escenario internacional o de un desinterés por las consecuencias de la toma de decisiones.
Y como si esto fuera poco
La soja sembrada en el país ocupa 17 millones de hectáreas de diez provincias y es comercializada por la empresa Monsanto, que vende las semillas y el agrotóxico Roundup.
No hay manera de aplicar millones de litros de venenos y pretender que se lo puede hacer bien, expresan los vecinos en el litoral.
El Sr Ministro de la Producción de Río Negro nos preguntó porqué no decíamos nada acerca de los agroquímicos que se emplean en el Valle, aseverando que son mucho más tóxicos que el Glifosato. Estamos esperando que el gobierno de Río Negro tome cartas en el asunto ante tan grave denuncia y recordamos que todavía no se han invertido los roles, las denuncias las realizamos desde las organizaciones hacia el Estado y no al revés.
Con todo esto deseamos un futuro construido con saberes que aseguren el “buen vivir” de nuestra gente.
Asociación Ecologista Piuke-Red Nacional de Acción Ecologista- Renace
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